domingo, 9 de enero de 2011

Vete de una vez, 2010

Como soy un poco lenta, he decidido hacer ahora el balance del año.
No ha sido muy bueno y no es por ser negativa, pero lo he pasado muy mal. Ha tenido muchas cosas buenas, por supuesto, pero he llorado más que nunca y eso es algo que me molesta mucho.

¿Qué me ha aportado el 2010? Bien, este año dejé de creer definitivamente en el sistema educativo de este país. Lo que hace que me cueste más ir a clase, cosa que me da mucha tristeza, ya que siento que no se están haciendo bien las cosas. He conocido a profesores hijos de puta, que no les deseo la muerte (bueno, no a todos) porque hay que molestarme mucho para que llegue a odiar a alguien. Pero realmente ellos han impulsado el hecho de que no esté contenta con mi instituto, ni con el curso.

También he dejado de creer que hay una mínima posibilidad de que Dios exista. Y si Dios existe, es egoísta y malo. Que no se hubiera llevado a mi abuelo. Encima en la misa por mi abuelo decían "Dios, todopoderoso, ha decidido llevarse a su hermano Arturo..." mira Dios, ni mi abuelo es tu hijo, ni tu hermano, ni nada. Coge barro y hazte un amigo.

El año pasado pasé las peores navidades de mi vida por la Mononucleosis, no pude ni disfrutar de mi familia, pues me costaba respirar y cada dos por tres me subía la fiebre. Enfermedad que hay una posibilidad entre 100 de que te deje secuelas, pues a mí me tocó y sigo todavía jodida. Ya no es contagioso desde hace mucho tiempo, pero tengo las defensas muy bajas y no puedo sobrevivir una semana entera sin echar la siesta por las tardes. Y no siempre tengo tiempo para echar la siesta, pero aún así, tengo que hacerlo porque me quedo sin fuerzas. Es como si tuviera las pilas descargadas de forma permanente. Hay veces que no puedo ir a todas las horas de clase porque no tengo fuerzas por la mañana, literalmente, no puedo levantarme de la cama porque no me responde el cuerpo. Pese a todo esto, estoy esforzándome mucho para que todas esas faltas no afecten en mis notas, así que los fines de semana me pongo muy al día en todo, para evitar retrasarme en clase.
Por lo visto, estar enferma no es motivo para faltar a clase, tengo profesores que no lo entienden y que no paran de echármelo en cara.
Odio hablar del tema, porque no soy capaz de pensar en él sin ponerme a llorar. Pero no pasa nada, que me persigan a mí por mis faltas y a los que hacen pellas para irse a fumar porros les den aplausos.

También perdí la confianza en una de mis mejores amigas, cosa que no creo llegar a recuperar nunca (¿perdonar y olvidar? ni soy Dios ni tengo Alzheimer). Cortó con su novio a finales del curso pasado, que me dejé la piel para aprobar aunque no tenía fuerzas ningunas, y me lo echó en cara dos semanas después de morir mi abuelo. No me parece muy humano, lo siento. Es difícil hacerme daño, pero una vez hecho... estás en mi post it de "aparentar normalidad". Aún así, no tengo rencor, simplemente más cuidado con las personas que están cerca de mí. No puedo evitar ponerme triste al recordarlo.

Por todo lo demás, ha sido un año bonito. Y lo digo de verdad, he conocido a gente increíble, he pasado buenos momentos, he ido a monólogos, conciertos...

He conocido a dos chicas muy importantes para mí aquí, Andrea y Gala. Las dos personas que me hacen reír, sin darse cuenta siquiera, espero tenerlas mucho tiempo a mi lado, perdería puntos de felicidad.

Y si saco algo positivo del viaje a Polonia ha sido conocer a mi amiga y ahora novia de mi mejor amigo, Klaudia. Es igual a mí, parece increíble que el destino (o alguien) nos haga conocer a personas tan buenas, a 3011 kilómetros de aquí. Sé que estará conmigo pronto y ya definitivamente porque su corazón es español. Sabe polaco, inglés, español, italiano, algo de chino... y es súper trabajadora, en cuanto venga aquí va a arrasar con todo. Kocham cie, moja piekna.

Tampoco sé que haría sin mis niñas de Madrid (aunque no todas sean de allí, nos entendemos), han pasado ya 3 años y son un pilar muy importante para mí. Como dice Sally, pronto iré a pediros sal.

Y no me olvido de ti, has sido lo más bonito de mi 2010 y sé que en Madrid seguiremos siendo amigos. Iré a verte pinchar a las salas guays y se me perlarán los ojos, mientras le digo a todo el mundo "él es mi amigo".

Está claro que este año es la clave, es el importante. Y voy a hacer todo lo que está en mi mano para que salga bien. El 2011 será mío. Y si quiero poner mirada de destino mientras digo esta frase, lo haré.